ANGELINA JOLIE POR MARCO MARTOS |
POR MARCO MARTOS
Desde niña merodeabas por los lugares del filmación al aire libre
y siempre ibas de la mano de tu padre, con el azoro de los infantes.
Un día te desprendiste para siempre de las bondades familiares
y empezaste a correr por el plató en una carrera inacabable.
Eras entonces la imagen de la alegría y de la inocencia,
interrumpida por tantos avatares, y tus verdes ojos,
profundos manantiales, fueron adquiriendo tristeza
y hubo un rictus de dolor alrededor de tus labios codiciados.
Fuiste luego a los más apartados lugares del mundo
y viajaste a Camboya, el centro del centro del sufrimiento,
para hermanarte con los que luchan y saben levantarse.
Entre tanto tus agentes, con tus ojos y tus gestos y tus palabras,
van multiplicando los millones de dólares en las salas de los cines
y tú te observas en las noches las miserias del cuerpo que se enferma
y que se niega a ser la imagen de la hermosura que soñaron los griegos.
Cuando sueñas, vuelves a ser la niña que elige los mejores lugares:
estás a orilla de la playa, cerca de tu padre y de tu madre.
Hay pequeños que juegan en la arena y gritan desafiando al mar
que se viene en torbellinos, y ríen y cantan, y lloran a veces.
Tú permaneces serena, imperturbable. Diosa de los mares.
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De mis manos brotarán
amapolas rojas como la sangre
así quizás mi poesía sea eterna
MI POESÍA SOY YO
FANNY JEM WONG
LIMA - PERÚ