Imagino a Federico Schopf bebiendo ajenjo
en un vaso rojo que parecía un copihue,
mientras recordaba una traducción de Homero al alemán
en el siglo XIX, que tenía en algún lugar de la casa,
imposible de hallar a las primeras, salvo por casualidad,
como se encuentran los amores del año pasado en una calle
con el vestido de la indiferencia con que el tiempo los tiñe.
Federico tiene de Homero otras versiones, unas más antiguas
y otras contemporáneas, como tiene una ninfa que le sonríe,
que no mira atrás a las estatuas de sal de los libros sagrados.
Sonrisas que dicen mañana mientras el ayer
se queda en el fondo del pozo de amarillas páginas.
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De mis manos brotarán
amapolas rojas como la sangre.
Así, quizás mi poesía sea eterna.
MI POESÍA SOY YO
FANNY JEM WONG M
LIMA - PERÚ