sábado, febrero 27, 2016

CITAS FRASES POEMAS PENSAMIENTOS PARA COMPARTIR


CITAS FRASES POEMAS PENSAMIENTOS PARA COMPARTIR

Todo individuo se ve tentado, en algún momento, a creer que un mundo dividido entre la pura luz y la tiniebla total es un mundo más fácil de entender y asumir; pero si algo nos ha enseñado la historia de la cultura (...) es que la existencia transcurre, precisamente, entre la noche más profunda y el resplandor del mediodía, sin anclarse ni en una ni en el otro. Aunque no sepamos lo que es la libertad sí podemos sentir sus efectos cuando percibimos la "infinitud cromática" que brota cada día entre el blanco y el negro.
FUENTE:
Rafael Argullol, Manifiesto contra la servidumbre































viernes, febrero 26, 2016

POESÍA CHINA : Aguas de primavera por Du Fu

 

Aguas de primavera por Du Fu


Aguas de primavera por Du Fu

El tercer mes, y las flores de durazno
flotan sobre las ondas del río.
La corriente recupera sus viejas huellas,
y al amanecer inunda ya los límites de la playa.
El verde esmeralda riela ante el portón de ramas,
en tanto yo reparo mis aparejos
y dejo caer un cebo perfumado.
Ato los tubos de bambú para regar el huertecillo.
Ya son legión los pájaros que llegan volando
y en ruidosa algarabía se disputan el baño.

 

jueves, febrero 25, 2016

Acercamiento al mito de la Condesa Sangrienta por Isabel Monzón (CAP 3)

Báthory.
Acercamiento al mito de la Condesa Sangrienta
Isabel Monzón

Capítulo III - La condesa siniestra

 Escribir acerca de la Condesa implica liberarla de su encierro. Lo hacemos sin temer por su peligrosidad, sabiendo que no atacará  a quienes la descifren. Además, un personaje que se ha transformado en mito es incapaz de asesinar a sus historiadores.

Investigar sobre Erzsébet nos llevó, no sin pesimismo, a buscarla en otras fuentes. ¿Cómo iba a ser posible encontrar testimonios referidos a una mujer del siglo XVI, que por matar a 650 jóvenes murió emparedada? El texto de Alejandra Pizarnik - estímulo para nuestra propia intención de encontrarnos con Erzsébet - hace tiempo que está  agotado. Debimos conformarnos con una fotocopia. Poco tiempo después de iniciado este ensayo, encontramos el libro de Penrose, aquél en el que Alejandra se basara. Luego, la Condesa fue apareciendo en otros textos. Como cuando al despertar tiramos de ese hilito constituido por los pequeños jirones de recuerdos del sueño, hasta que, asombrosamente, el sueño perdido se recupera más y más, así también fue descubriéndose ante nosotros la figura oníricamente mítica de la Condesa Báthory. Y, también como con los sueños, quedaron partes sin aparecer, reprimidas, olvidadas, luchando contra la necesidad de historiar y significar que, como dice Piera Aulagnier, tiene todo yo. Fuimos encontrando, así, que además de Penrose y Pizarnik, hubo otros ensayistas, escritores y poetas que también sacaron a Erzsébet de su prisión.

JUEGOS DE ESPEJOS Y FUEGOS FATUOS


"Tres mujeres llamadas Isabel", Isabel de Hungría, la santa; Isabel de Austria, la melancólica e Isabel Báthory, la sangrienta. Marguerite Yourcenar no llegó a escribir esta obra que fuera proyectada a mediados de los setenta. Pero lo cierto es que en El tiempo, gran escultor, en su breve ensayo "Juegos de espejos y fuegos fatuos", esas tres mujeres aparecen relacionadas, y no sólo por el nombre. Dice Yourcenar que la parte principal de la obra hubiera girado en torno a Isabel de Hungría. Y agrega que "a modo de oposición o, al menos de contraste, yo hubiera colocado a otras dos mujeres nacidas en otras ‚pocas pero pertenecientes a las mismas regiones de Europa Central, situadas m s o menos en las cimas feudales o principescas, y que poseían quizá , debido al complicado juego de las alianzas, una gota de su misma sangre". Tiempo después‚s, pensó en otro titulo para aquel proyectado libro: Isabel o la caridad, ya que se había dado cuenta que el foco central se encontraba ah¡. Isabel la melancólica e Isabel la Sangrienta iban a ocupar espacios m s apartados y oscuros de su obra. Como otros proyectos se impusieron, la escritora postergó ese libro. Mas el tema tuvo el suficiente interés‚s como para que, en uno de sus viajes, visitara algunos de los lugares transitados por aquellas tres Isabeles. De ellas, sólo la Condesa Báthory le hizo una seña. Fue cuando subió la cuesta que la llevaba hasta "el castillo donde Isabel la asesina perpetró sus crímenes y sufrió con arrogancia su castigo hasta morir solitaria, sin cruz y sin luz, en una noche tormentosa del año 1614". La cuesta era muy empinada, y al llegar a la cima encontró una torre alta de vigía. Una vez allí¡, la escritora vio que algo se movía. "De entre las docenas de castillos feudales cuyas ruinas he visitado, el Bathorygad es el único del que vi surgir, nada más entrar, un gato negro duelo del lugar y que desapareció dando un gran salto". Hubo luego una segunda coincidencia, aunque "más banal". Al regresar a su isla del Maine, donde residía, Yourcenar fue a una biblioteca pública cercana que no frecuentaba demasiado. Cuando se dirigió al mostrador vio apoyado un libro, seguramente recién devuelto por otro lector, que estaba abierto de par en par. "Le eché‚ una ojeada como suelo hacer con cualquier texto impreso a mi alcance. Era la única obra en lengua inglesa -que yo sepa - en donde se la menciona a Isabel Báthory, una colección de ensayos de Willam Seabrook, que ha escrito cosas mejores, en donde enumera en revoltillo unas cuantas docenas de causas criminales y de historias de magia negra, verdaderas o falsas. Tan sólo unos párrafos van dedicados a aquella bruja: el libro estaba abierto por esa página". Utilizando a pleno su racionalidad, la escritora dice que no puede atribuir esas coincidencias a la determinación de un espíritu maligno o a la intervención de fuerzas oscuras. Sin embargo "todo sucede, en esas ocasiones, como si el mundo alrededor nuestro estuviera situado en un único campo magnético, o constituido en todas sus partes por un metal buen conductor". Esas pequeñas coincidencias se agrupaban alrededor de la peor de sus tres modelos, ya que ni Isabel de Austria ni la de Hungría le hicieron ninguna seña. Será , agrega Yourcenar, porque "las santas y las emperatrices son menos comedidas que las brujas".

Nosotros encontramos otras relaciones entre las tres Isabeles. Cuando la misma Yourcenar escribe "fantasma de tristeza, de orgullo y de belleza pero a quien un melancólico narcisismo parece haber encerrado hasta el final en una triste galería de espejos, tan ausente del mundo y de la vida..." podríamos creer que se refiere a Isabel la Sangrienta cuando en realidad está  hablando de la de Austria. Por otra parte, y antes de continuar con las similitudes entre los personajes, queremos detenernos en una coincidencia entre las escritoras, ya que Pizarnik se refiere, en su capitulo "El espejo y la melancolía" a la "silenciosa galería de ecos y de espejos que es el alma melancólica", ¿Serán todas simples coincidencias?, ¿o existirá  esa suerte de campo magnético al que se refería Yourcenar?

Continuando con los paralelos entre los personajes, encontramos que entre la Báthory y la Santa existe otra relación: ambas fueron aprisionadas por el medio social en que vivieron, sólo que, mientras Erzsébet se identificaba con el agresor, Isabel de Hungría lo hacia con los pobres. Otra coincidencia, relatada por Yourcenar, alude a que Isabel de Austria "bebía cada mañana, para estar en forma, un vaso de sangre caliente que le traían de los mataderos; la Báthory no lo hubiera hecho mejor". Las dos eran, además s, excelentes amazonas y mientras Penrose y Pizarnik califican a Erzsébet de melancólica, Yourcenar apoda as¡ a la noble austríaca.

LA FRAGMENTACIÓN DE CUERPOS Y TEXTOS


También a Diana París, Erzsébet le hizo una seña. De allí¡ que escribiera un excelente ensayo sobre el libro de Alejandra Pizarnik La condesa sangrienta. Partiendo del lenguaje manifiesto que propone ese texto, Diana llega a otro lenguaje, el latente, pero no lo hace a la manera de un psicoanalista sino como una crítica literaria que analiza la producción poética de una escritora. Encuentra en algunas frases iniciales del libro de Alejandra " una serie de claves que indican una localización: 'reino subterráneo' 'sustancia silenciosa de este subsuelo'". Estas palabras la conducen hasta "un lugar de decodificación, un espacio de la lectura que se funda en el abajo, el detrás, el otro lado de la palabra", mientras que en otro texto de Alejandra, París descubre que 'Nunca es eso lo que uno quiere decir' (Textos de sombra. "En esta noche, en este mundo"). Entonces viene la pregunta forzada: ¿qué es aquello que la poeta necesita expresar? Cuando ella describe meticulosamente, capitulo por capitulo, las torturas que Erzsébet le infligía a campesinas y costureras, París encuentra que todo se fragmenta, las muchachas y el texto y que esa operatoria tiene un sentido. "Hay una est‚tica del fragmento donde la ruptura del discurso es una puesta en escena de las mutilaciones que se narran". Diana recoge el guiño que Erzsébet le hace a través del texto de Pizarnik, reflexionando que "las letras conforman el tapiz ('Tapizadas con cuchillos') del texto: la violencia comunica que el lenguaje, encerrado en el sistema, 'enjaulado’ en la norma, debe volverse agresión para decir". Ese tapiz se teje, precisamente, con las 'jóvenes costureras' "sacrificadas en cada búsqueda: la escritura. Una escritura que se arma, se cose, se goza como un '‚éxtasis maldito' o como 'crisis erótica' donde la letra se hace silencio ('les cosían la boca') o aullido ('escapaban de sus labios palabras procaces... Imprecaciones soeces y gritos'".

Toda la producción literaria de Alejandra puede ser leída como un único texto. De allí¡ que cuando nuestra poeta se pregunta qué‚ hacía la condesa de sus días y de sus noches en la soledad de Csejthe, París descubre que la misma Pizarnik, en Extracción de la piedra de locura, en diálogo textual responde: ‘Toda la noche hago la noche. Toda la noche escribo. Palabra por palabra escribo la noche’". En los sótanos de su castillo, Erszébet sacrifica, cada noche, cuerpos jóvenes, mientras que en Los trabajos y las noches Alejandra escribe:

‘Y cuando es de noche
siempre,
una tribu de palabras mutiladas
busca asilo en mi garganta’.

Diana observa que en nuestros tiempos el encierro y la desaparición de Erszébet se expresan en la imposibilidad de encontrar el libro que Pizarnik escribiera sobre ella. Y justamente las últimas palabras de ese libro dicen "Como Sade en sus escritos, como Gil de Rais en sus crímenes, la condesa Báthory alcanzó, más allá  de todo limite, el ultimo fondo del desenfreno. Ella es una prueba m s de que la libertad absoluta de la criatura humana es horrible". Tomando esta idea, París se pregunta con qué concepción de libertad se encerró al texto de Alejandra en el vacío, as¡ como la condesa fuera sepultada en su propio aposento. Propone una respuesta cuando observa que la segunda y última edición del libro de Pizarnik fue "sintomáticamente" de 1976, como si el poder totalitario de los años setenta "hubiera leído en La Condesa Sangrienta una

ficcionalización de la historia argentina". Esta obra de Alejandra "vive como una desaparecida de la circulación lectora, como un cuerpo inexistente en librerías, bibliotecas y, peor aún, en el saber lector". A pesar de esta "borradura editorial", la Condesa Sangrienta circula subterráneamente a través de fotocopias y de un rumor boca a boca que actualiza la vigencia del mito

UNA CONDESA PARA ARMAR

Julio Cortázar menciona varias veces, aunque de manera elíptica, a la Dama de Csejthe en 62 Modelo para armar, y también en ese libro aparece fragmentada, ya que no sólo no hay una narración continua acerca de ella sino que todo el texto se caracteriza, según palabras del autor, por ser una sucesión de piezas separadas por blancos. El lector puede elegir como armar, con su "montaje personal", "los elementos del relato". Ese ser  "el libro que ha elegido leer".

La Dama Roja aparece, as¡, diseminada en varias partes. Aún desarticulada y sin nombre, su presencia es fuerte. Proponemos que cada uno arme, a partir de esa materia prima, su propia condesa.

A Cortázar le atraía particularmente el tema del vampirismo. El restaurante Polidor, por ejemplo, alude a John Willam Polidori, autor de la novela El vampiro (aquella que fuera ideada la misma noche que el Frankestein). El vino Sylvaner, encargado por Juan, "contenía en sus primeras sílabas como en una charada las sílabas centrales de la palabra donde lata a su vez el centro geográfico de un oscuro terror ancestral...". La referencia a Transilvania es obvia. Como éstas, en el texto de Cortázar  se pueden rastrear muchas otras ideas relacionadas con el vampirismo. Hay que estar dispuestos a encontrarlas.

Por otra parte, es evidente que tanto para el autor de Bestiario como para Pizarnik, la lectura del libro de Valentine Penrose dejó intensas huellas. Tal vez porque los dos vivieron contemporáneamente en París y fueron amigos, tuvieron otro idioma en común, m s allá  del argentino nativo y del francés del exilio. Ambos leían a los poetas malditos: Sade, Baudelaire, Lautréamont, Rimbaud, Artaud, y se cruzaban con frecuencia, por las calles parisinas, con Bataille, un especialista en literatura maldita.

Al escribir todos estos apellidos surge una pregunta: ¿Por qué tanto París, de dónde tanta Francia?, mientras otra vez resuena, con sabor a magia, la reflexión de Yourcenar acerca del guiño que Erzsébet le hiciera. Los poetas malditos mencionados, el apellido de Diana, la residencia definitiva de Cortázar, el lugar del exilio de Pizarnik y la nacionalidad de Penrose y Bataille (hasta Yourcenar, de origen belga, está  unida a Francia en tanto fue la primera mujer que formó parte de la Academia Francesa de Literatura). Cortázar y Yourcenar también se encuentran relacionados entre sí en tanto él tradujo al castellano las Memorias de Adriano. Como Francia es, desde siempre, un referente importante para la intelectualidad argentina y un país elegido por nosotros para el exilio, eso puede explicar el por qué de tantas confluencias y encuentros. Es en referencia a estos fascinantes y curiosos hechos que Carl Jung habla de sincronicidad. Alude a "una coincidencia temporal de dos o m s acontecimientos, relacionados mutuamente de modo acausal, que tienen un contenido idéntico semejante". Un sueño, una visión, un presentimiento, por ejemplo, concuerdan con la realidad externa. Esta simultaneidad de dos o más acontecimientos análogos no puede explicarse por una mera casualidad ya que hay un nexo de sentido entre ellos.

EL FINAL


Murió a finales de agosto, cuando Mercurio, convirtiéndose en amo del cielo, lo hace nefasto para aquellos cuyo espíritu ha envenenado. No había nadie. Dilatábamos el encuentro con este temido y angustiante momento, sintiendo que, al terminar nuestro libro, la historia pod¡a repetirse volviendo Erzsébet a ser abandonada, encerrada y muerta.

Penrose termina su libro con las siguientes palabras: Sin cruz, sin luz...Ella, escoltada por prolongados gritos y gemidos, y cuyo tiempo aún no se ha acabado, vaga por las ruinas de Csejthe (...) Y si de toda esta nada, bebida como una copa de cielo negro, sorbida, desaparecida, sale al fin algo, ¡ay!, ¿qué será de ello?

Surgen en nosotros un temor y una esperanza: tal vez Erzsébet no ha muerto. Quizás, realmente, vague entre las sombras, haciéndoles señales y guiños a quienes quieran ver.

De la misma manera, los libros de Pizarnik y Penrose son de esos que no se cierran. Son reescribibles. La poeta argentina y la francesa han tendido hilos para que cada uno haga su propia trama. Así, la Condesa estará  siempre en libertad para ser decodificada de una multiplicidad de maneras. Libre, cabalgará como una amazona en vez de perder horas frente a un espejo y amará  mujeres en lugar de matarlas. Tal vez, hasta escriba algún día sus memorias.

Precisamos de la esperanza para terminar estas líneas, porque sólo siendo libre la Condesa Sangrante nos dará  la libertad de dejarla.


 Bibliografia Capítulo VIII

  • Cortázar, Julio: 62 Modelo para armar. Editorial Sudamericana. 1968.
  • Jung, Carl G.: Recuerdos, sueños, pensamientos. Editorial Seix Barral. España.1989.
  • Graziano, Frank: Alejandra Pizarnik. Semblanza. Fondo de Cultura Económica. México. 1992.
  • Negroni, María: Valentine Penrose. La hermosa alucinada. Primer Plano. Suplemento Cultural del Diario Página 12. Domingo 12 de diciembre de 1993

La Dama de estas ruinas. Revista Actual. Caracas. Nro. 13. Año 1993 y Revista Feminaria. Buenos Aires, Año VI, Nro. 11, 1993.
  • París, Diana: La condesa sangrienta. Escritura - lectura como producción autorreferencial. Premio Fondo Nacional de las Artes. 1990. Inédito.
  • Penrose, Valentine: La condesa sangrienta. Ediciones Ciruela. Madrid. 1987.
  • Piña, Cristina: Alejandra Pizarnik. Editorial Planeta. Buenos Aires. 1991.
  • Pizarnik, Alejandra: La condesa sangrienta. Ediciones Aquario. Buenos Aires. 1971.

"La condesa sangrienta". Revista Con V de Vian. Nro.4, de septiembre - octubre y 5, de noviembre. Buenos Aires. Año 1991.

Obras completas. Poesía y Prosa. Editorial Corregidor. Bs. Aires. Septiembre de 1993.

Yourcenar, Marguerite: El tiempo, gran escultor. Cap. VIII. "Juegos de espejos y fuegos fatuos". Editorial Alfaguara. Argentina. 1990.

miércoles, febrero 24, 2016

Carta de Enrique VIII para Ana Bolena

 
Carta de Enrique VIII para Ana Bolena

 Carta de Enrique VIII para Ana Bolena

Amor a la realeza. El rey Enrique VIII no dudó con romper con la Iglesia Católica para casarse con Ana Bolena. La Iglesia no cedió en anular su matrimonio con Catalina de Aragón y Bolena no estaba dispuesta a “entregar” nada sin antes casarse. «Cuanto más lejos se encuentran los polos del sol, más abrasador es el calor. Lo mismo ocurre con nuestro amor: la ausencia ha puesto distancia entre nosotros; sin embargo el fervor aumenta», le escribió el rey a su futura esposa.

jueves, febrero 18, 2016

ARTE : JEREMIAH KETNER

ARTE JEREMIAH KETNER

JEREMIAH KETNER


Artista residente en Chicago cuyas pinturas pinturas son reconocibles al instante entre sus contemporáneos en el movimiento surrealista pop. Sus primeros trabajos, basados en pequeños duendes traviesos de caprichosos patrones, han evolucionado a entornos exuberantes de ricos colores habitados por un elenco de mujeres pensativas, de jóvenes soñadoras llenas de fragilidad y cierta inocente sensualidad. Cada personaje presenta un estilo único de belleza, creados enteramente en la imaginación de Jeremíah y pintado completamente de memoria. Su obra pictórica está realizada en acrílico sobre madera.
 Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen  corresponde a sus autores . El único objetivo de este sitio es divulgar sus obras.
ARTE JEREMIAH KETNER

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